Soy una persona que vive con una condición de las más marginadas en la sociedad, pero también es una de mis mejores herramientas para desenvolverme y trabajar en lo que me apasiona; soy una persona que vive con condición de homosexualismo. No hay cura ni tratamiento, pero he aprendido a sacarle provecho: la aguda capacidad de observación, el sentido del drama bien aplicado y una inclinación natural hacia el análisis de la cultura y la comunicación me han llevado a trabajar en proyectos que combinan creatividad, denuncia y narrativa audiovisual.
Como comunicólogo, me enfoco en problemáticas sociales urgentes, desde el acceso al agua y el trabajo hasta las denuncias a las perspectivas clasistas, misóginas, capitalistas, y sobre todo LGBTfóbicas junto con todas las disidencias en contextos de movilidad. Disfruto contar historias que generen impacto, ya sea a través de guiones, metrajes, documentales o periodismo digital. Mi trabajo busca abrir conversaciones y provocar reflexiones, siempre con un toque de ironía y sensibilidad estética, porque si algo me ha enseñado mi “condición” es que la mejor forma de sobrevivir es incomodando y siendo disruptivo al contar una historia.
